jueves, 7 de mayo de 2009

Los derechos de la Madre Tierra


..Actualmente el mundo en que vivimos es manejado de acuerdo a una visión antropocéntrica del universo, una visión centrada en la humanidad. La ley sólo existe por y para los humanos. No somos capaces de ver que todas las formas de vida tienen igual valor en el mundo. Perdimos la reverencia por la vida que nos rodea.
  Para el mundo industrial y comercial, el mundo natural no tiene el derecho de existir; pero no existe futuro, ni para el moderno mundo industrial, si la Madre Tierra sigue sin derechos. La humanidad sigue intentando construir un modelo centrado en los humanos, que sigue fallando – comunismo, fascismo, socialismo, capitalismo, consumismo, todos fallan; no entendemos que mientras no veamos que somos parte de algo más grande que nosotros, que existen más comunidades a parte de las comunidades humanas, no vamos a lograr vivir en equilibrio. Mientras destruyamos las otras comunidades, nos destruimos a nosotros igual. Desarrollar una sociedad basada en la dominación, en la arrogancia, individualismo, posesión, violencia, donde la naturaleza es entendida como nuestra esclava, no puede ser el camino para la justicia.

Es necesario redefinir la relación entre la comunidad humana y la comunidad natural donde vive. El modelo de la sociedad occidental no tiene respuestas para los desafíos que esta redefinición exige, porque hace mucho que se perdió la conexión con la Madre Tierra. Pero existen otras formas de entendimiento de la Madre Tierra. Otra forma más común, a parte de la influencia filosófica y metodológica del mundo occidental, es un modo más intuitivo y muchas veces experimental, de conexión con el mundo natural y de entendimiento, como si fuera desde adentro. Esta forma de entendimiento es más común entre las comunidades indígenas donde su vida está más cerca del mundo natural y donde las leyes están regidas por los usos y costumbres y no por regulaciones fijas del mundo occidental.

Las comunidades indígenas concebían (algunas todavía conciben) el mundo como un lugar místico por lo cual tenían reverencia. El universo era entendido en una forma de celebración donde la actividad humana se coordinaba con la estacionalidad del mundo natural. Todas las fases de la vida encontraban sentido en los ciclos de la tierra, respectándola. Los lugares sagrados eran respectados, protegidos y venerados. Hoy esos mismos lugares se destruyen en nombre del crecimiento económico. ¿Por qué tienen las corporaciones más derechos que los árboles?

En el mundo maya el concebimiento del mundo es respaldado con el concepto de lekil kuxlejal que significa el buen vivir; es un concepto que define como vivir bien en la comunidad humana y natural en armonía, donde los humanos y la naturaleza no se ven separadamente, si no que son lo mismo; y el equilibrio de uno depende del equilibrio del otro, en una constante interdependencia. El ecosistema es una realidad colectiva donde naturaleza y sociedad están totalmente ínter ligadas. Lekil kuxlejal supone así una perfecta integración entre sociedad y naturaleza. La felicidad de una comunidad es proyectada y es sentida en el ecosistema y a su vez este, procura la felicidad y bienestar de la gente. Todos tienen derecho a la vida, al buen vivir, porque toda forma de vida tiene su valor e introduce un valor en el mundo. 

Para rescatar este concepto tenemos, en primero lugar, que perder la arrogancia, tenemos que entender a la Madre Tierra como nuestra maestra y no como nuestra esclava. Entender que la tierra no es algo que poseemos para producción, explotación, no es capital; tierra es territorio, es nuestra identidad de la cual dependemos, es el pilar de la memoria colectiva, de donde se arraigan tanto las raíces de los árboles como las nuestras. Respectar los árboles es respectarnos a nosotros mismos. Darles derechos, es dar derechos a nuestra identidad. Tenemos que centrar nuestra sociedad, no en nosotros mismos, sino en la Madre Tierra, comprendiendo que el destino de la humanidad depende en nuestra capacidad de reverencia por el mundo que nos rodea y de lo cual somos parte. 

Debemos cultivar la cooperación y no la dominación; cambiar la arrogancia por la humildad; el egoísmo por la generosidad; el individualismo por la comunidad; la posesión por la relación; la violencia por la paz; la tierra por territorio; la sistematización de la ley por su conexión con las comunidades. Entender que la máxima libertad de los miembros depende de la máxima cohesión entre comunidades. Que la salud de todos es sólo alcanzable a través de relaciones saludables entre sus miembros, así como un árbol.

La idea es que el universo es la referencia primaria y fuente de ley porque es donde todo tiene expresión. En la naturaleza existe una relación profunda entre cada ser vivo y el universo, por eso, las leyes de los humanos, para que tengan una validez real, deben  corresponder con las leyes universales y así producir una relación de fortalecimiento mutuo. Los derechos de la Madre Tierra tienen que ser dibujados primeramente de la experiencia de la relación humanos-naturaleza, adaptando la metodología de las constituciones formales y la legislación para que cumplan con estos principios. Tenemos que definir una nueva filosofía de leyes y de regulaciones que reconozcan la relación reciproca entre humanos y el resto de la naturaleza.

Tal como “Lekil kuxlejal (…) no es una utopía porque no se refiere a un sueño inexistente (…), existió, se ha degradado pero no se ha extinguido y es posible recuperarlo”; una justicia para el mundo también es posible. Veamos el ejemplo del Ecuador que en noviembre de 2008 adoptó una nueva Constitución que desarticula el modelo de Estado de Derecho y economía social de mercado y pasa de una “constitución de libertades” a una “constitución del bienestar” transversalmente adornada por la filosofía ancestral de buen vivir de los antiguos quechuas.  También, Evo Morales quiere adoptar esa misma filosofía en la constitución de Bolivia.

Joana Prates

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Referencias:

La información sobre la definición de vida buena para los tzeltales fue retirada del libro de Antonio Paoli que relata su investigación en colaboración del Comité de Derechos Humanos Fray Pedro Lorenzo de La Nada, A. C. y del Programa de Investigación interdisciplinario “Desarrollo humano en Chiapas” de la Universidad Autónoma Metropolitana.

La información sobre los derechos de la Madre Tierra fue basada en la publicación “Wild Law: is there any evidence of Earth jurisprudente in existing law and practice?” An international research project of the UK Environmental Law Association and the Gaia Foundation and UKELA (www.ukela.org) y también de las notas decurrentes de la participación en el primer curso sobre Jurisprudencia de la Tierra en septiembre de 2008 en Schumacher College, Reino Unido (www.schumachercollege.org.uk). 

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