Las políticas públicas deben tomar la decisión de cuánto invertir en prevención y recuperación, como lo hacen en cualquier ámbito de la vida social (educación, salud, etc.) Por ejemplo, la construcción de infraestructuras públicas, escuelas hospitales, carreteras y puentes, debe ser hechos con materiales y deben estar ubicados teniendo en cuenta estos riesgos.
Expertos en desastres naturales critican la estrategia de gestión de riesgos,
“En América Latina todavía tenemos la cultura de sentirnos orgullosos por la improvisación ante los fenómenos naturales”, manifesto Juan Pablo Sarmiento, co-director del Programa de Reducción de Riesgos de Desastre del Centro Latinoamericano y del Caribe, por la actitud que asumen algunos países al vanagloriarse porque tienen la capacidad de improvisación que tienen.
Marc Van Wynsberghe, coordinador del Programa de Prevención y Preparación a Desastres del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) está deacuerdo en que urge aumentar la inversión para “cumplir mejor” la gestión de Riesgos en sus aspectos de prevención y mitigación de los desastres de la naturaleza.[1]
Debido a las consecuencias catastróficas del sismo de 1985, en México surgieron diversas iniciativas para crear una institución que estudiara los aspectos técnicos de la prevención de desastres.
El gobierno Federal emprendió la tarea de establecer el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Integrado por un conjunto de instrumentos institucionales, técnicos científicos y organizativos, públicos y privados que deben responder, desde el ámbito de su competencia, por la tarea de prevenir, evitar o reducir los efectos de los desastres.[2]
Pero a pesar de esto, el gasto público en prevención sigue siendo insuficiente. Parece que este gasto sólo se realiza para las emergencias cuando el desastre ya está hecho. Tampoco se invierte mucho en gastos de recuperación. Una vez la emergencia ha pasado, las victimas son olvidadas.
La responsabilidad de cualquier Estado es proteger la vida de sus ciudadanos. Esto debería ser suficiente para que las autoridades pertinentes inviertan sobre todo en la prevención de desastres naturales, evitando así la perdida de vidas humanas y las repercusiones económicas y sociales.
Sin duda es un derecho humano el no tener que sufrir un desastre natural si este puede ser evitado.
[1] Andiel Galván, Espertos Interenacionales Exhortan más Prevención de Desastres Naturales en RD, Clave Digital, 4,junio, 2009
[2] Juana Villalva, Prevención de Desastres, Mamografpias.com, http://www.monografias.com/trabajos34/prevencion-desastre/prevencion-desastre.shtml
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